Educar presenta tantos retos diarios: fabricar energía, crear ilusiones, cultivar la paciencia, desempolvar tu parte juguetona, mostrar firmeza y disciplina, permitirte ser vulnerable, lograr ponerte verdaderamente en su lugar, querer escuchar, aprender a callar, elegir el momento para hablar, permitir que se equivoquen (aunque tengas miedo de que se caigan o sufran), saber perdonar y pedir perdón, expresar lo que sientes, mostrar calidez y sensibilidad…
¡Son tantas habilidades! ¡Son tantos detalles! Es tan difícil estar atentos a todos ellos…
Y además, ¡cuántas veces entran en contradicción! Entonces, nos bloqueamos, nos sentimos culpables por lo que hemos hecho, o por lo que no hemos hecho…
La psicología especializada en niños y adolescentes, es consciente de la cantidad y variedad de herramientas que requiere la educación de nuestros hijos e hijas. Ser mejores padres supone un constante reciclaje, en primer lugar de las emociones que uno trae a casa, para que no influyan en la manera en la que afrontamos los conflictos diarios, y en segundo lugar de las estrategias que usamos para corregir o para estimular determinados comportamiento o actitudes que queremos potenciarles.
Nuestros niños, niñas, pequeños y grandes, siempre están dispuestos a aprender y dispuestos a enseñarnos… Por eso, cada día empiezan de 0, incluso varias veces, y nos dan infinitas oportunidades para enseñarles a ser, a dar y a recibir, sin rencores, sin juicios, sin restar un ápice de entusiasmo, entrega y amor convirtiendo cada día en una nueva oportunidad para crecer.
Si quieres acercarte más y más al padre que quieres ser, a la madre que quieres ser para tu niño pequeño, para tu hija adolescente, incluso para el joven que sigue a tu lado. Vive cada día como una nueva oportunidad para empezar de 0, habilidad que desaprendemos con los años, pero que podemos reaprender, sin dejarnos llevar por las emociones, ni las circunstancias de ayer, sólo hoy y esa meta que queremos alcanzar: Ser mejores padres, para que ellos y ellas puedan ser mejores hijos.
Elaboramos un plan de tratamiento eficaz que incluye tanto el trabajo con el niño o el adolescente como con la familia, juntos y por separado, dependiendo de las circunstancias específicas de vuestra situación.
Atendemos principalmente los siguientes problemas:
–Conducta: Llamadas de atención, desobediencia, bajo autocontrol, agresividad, falta de hábitos.
–Dinámica familiar: Resolución de conflictos, comunicación, luchas de poder, procesos de duelo o separación, discrepancias educativas entre los padres, celos entre hermanos…
–Emocionales: Ansiedad y timidez, miedos, fobias, depresión, falta de autoestima, inseguridad, gestión de emociones.
–Escolares: Orientación vocacional, Motivación, Déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH)…
–Habilidades sociales.